Camino despacio recorriendo las veredas de esta córdoba invernal, mirando sin mirar, desconectada del mundo. Buceando en mi propio mar de pensamientos. Enceguecida de mí. Inmersa en la música que suena en mis oídos. Es fito Páez, son The Beatles, radiohead, Kusturika. No lo sé. Escucho sin escuchar.
Camino. Siento la caricia del viento frío en mi cara. Mi bufanda roja vuela y se eleva en giros histéricos en el aire. Mis pensamientos también son aire. Mis pasos son livianos, diminutos.
Mis pies se chocan con una baldoza, y tropiezo, no caigo, mi cuerpo sólo se tambalea un poco. Miro hacia los costados, nadie me vió. Me río. Golpe de realidad, Thom yorke dice “ i’m gonna grow wings” Ahora quiero que me crezcan alas y volar. Esquivando mis marítimos recuerdos. Lunas, veranos, miedos y deseos.
Sigo caminando. Despacio, lento, sin peso. El viento sopla más fuerte. El frío ahora traspasa mi ropa. El cielo es claro. Solcito de invierno,un poco de calor a mis mejillas. Y mis ideas otra vez son aire. Y ahora vuelo, pero sin alas, no me hacen falta. Tengo mi propio remolino de voces que se agitan en mi cabeza, imágenes que se filtran dibujando mundos. Aúno imágenes con sonido y me elevo.
Soy yo en infinitos lugares, viviendo diversas historias. Rumores de mí. Me veo lejos, cerca , de la mano con alguien, sola ,escribiendo, dibujando, tomando café, riendo, besando.
Mientras tanto camino, sin ver, sin escuchar. Solo mi cuerpo está aquí. Y mi mente allá. No necesito de alas, ni de transporte.
Mi mente juega por sí sola y huye.
1 comentario:
Hermosa prosa compañera, volar sin necesidad de alas es una gran sensación!!
B.
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