El otro día mi amiga mika, comida de por medio, me comentó una teoría bastante interesante.
La teoría, explicada tan bien por Mika, plantea la conexión que existe entre la relación madre- hija/o en la infancia y la posterior relación del adulto con la comida, a lo largo de su vida.
La cosa es más o menos así.
Si de chiquito tu mamá te daba mucha bola, vas a comer poco, y vas a ser quisquilloso con la comida. En cambio si te dieron poca bola, vas a obsesionarte con la comida, y vas a comer mucho.
Básicamente, se suplanta la relación con la madre, con la relación con la comida.
La cuestión es que yo tengo alma de gordita, y creo que no hay nada en el mundo o casi nada en el mundo, que me haga tan feliz como comer. Organizo mi día, en función de mi almuerzo, merienda y cena. Mis viajes, capaz que no se ni donde voy, pero tengo muy claro cuales son las comidas típicas. Las salidas con amigos, se estructuran en base a que se va a comer. Cine es pururú. Juntada, pizza, empanadas. Vamos a algún bar, picada, o empanadas o rabas. Salida con mis viejos, pasta y así.
Cuando tengo un plato de comida al frente mío, no existe nada más, sólo el plato la comida y yo. (y no exagero).
La cuestión es que tuve que repensar mi infancia, y la teoría encaja perfectamente, y no es que fuí una niña poco cuidada. Pero mi madre por X motivos, no pudo darme la teta, y como trabajaba me dejaba en una guardería.
No se si esta teoría es cierta o no. A mi me viene como anillo al dedo...yo sigo comiendo, feliz, y le echo la culpa a mi madre, por mimarme poco! :p
2 comentarios:
ver a mis hermanos obesos y yo cada día más flaco me hace pensar que fui el más mimado por ser el menor!
Pero prefiero pensar eso a pensar que fui adoptado ya que mi metabolismo no coincide con el arquetipo familiar.
Yo también tengo alma de gordita.
Un abrazo.
B.
Muy buenos los entrantes de hoy!
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